En épocas de fiestas y mucho calor, profesionales del Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga” aconsejan a la población misionera tomar medidas que sean tendientes a evitar cuadros de intoxicación alimentaria y, respecto de sus síntomas, precisan que en algunos casos pueden ser graves. Se debe tener en cuenta las recomendaciones sobre el cuidado en la higiene y manipulación de alimentos, sobre todo en la cadena de frío y la conservación de alimentos a temperaturas adecuadas.
¿Cómo se produce la intoxicación alimentaria? Se trata de un problema a nivel mundial; lo más común es que se produzca por el consumo de agua o alimentos contaminados con microorganismos o sustancias tóxicas producidas por esos organismos, que son las toxinas.
Existe una diferencia entre una infección transmitida por la ingesta de alimentos con microorganismos vivos (bacterias, virus, parásitos) y la intoxicación por alimentos que contengan las toxinas de estos microorganismos, aunque éste ya no esté en el alimento.
En relación a los síntomas, éstos pueden ser leves, con la presencia de vómitos, dolor abdominal, diarrea y fiebre, o más graves, con síntomas neurológicos dados por las mismas toxinas o acentuados por una deshidratación, e incluso puede provocar trastornos renales agudos. El tiempo de duración de los síntomas va a depender de la gravedad del cuadro, según la cantidad de toxina o microorganismos ingeridos en el alimento y la base del estado clínico del paciente.
Con respecto al grupo de riesgo, los más vulnerables son los niños, ancianos, embarazadas y personas con patologías de base, como ser renal e inmunitaria. Estos pueden desarrollar un cuadro más grave.
Lo más importante es tener en cuenta la seguridad en la producción y la preparación de comidas. Hay que cuidar la calidad de los alimentos y su manipulación, ya que el 40% de los brotes se producen en los domicilios, es decir, por el manejo erróneo de los mismos.
Recomendaciones para la población
Desde el Hospital Escuela de Agudos “Dr. Ramón Madariaga” recomiendan prestar especial atención a cuestiones de higiene, tanto de los alimentos como de las manos y zonas de trabajo donde se manipulan los mismos.
● Utilizar agua segura. Si no es agua de red: agregar dos gotas de lavandina por litro de agua o hervirla de 2 a 3 minutos, o utilizar pastillas potabilizadoras.
● Lavarse las manos con agua y jabón después de ir al baño, después de cambiar pañales y antes de amamantar. También antes y después de preparar alimentos (en especial después de tocar carne cruda).
● Mantener la higiene en la preparación de alimentos.
● Utilizar alimentos frescos, limpios, bien cocinados y recientemente preparados, y no romper la cadena de frío de los mismos.
● Lavar y desinfectar cuidadosamente con agua segura frutas y verduras, sobre todo si se consumen crudas y en lo posible, pelarlas.
● Cocinar bien los alimentos: los huevos hasta que tengan consistencia dura. Si los huevos tienen olor o sabor extraño, no consumirlos.
● Las carnes deben estar bien cocidas por dentro y por fuera, hasta que pierdan totalmente el color rosado, teniendo especial cuidado con la carne picada, hamburguesas, albóndigas, empanadas, pastel de carne, achuras, etc. Cocción correcta: cocinar completamente hasta que no queden partes rosadas en su interior y sus jugos sean claros (mínimo 71°C en el centro de la pieza).
● No consumir carne si tiene mal olor al momento de prepararla o si perdió la cadena de frío. Las carnes no deben descongelarse más de una vez en caso de haber sido frizadas.
● No usar el mismo cuchillo, tabla o mesada donde se apoyó carne cruda para cortar otros alimentos, sin antes lavarlos con agua y detergente.
● Evitar la contaminación cruzada: en las áreas de preparación de alimentos, limpiar y desinfectar las superficies, las tablas de cortar y los utensilios después de que hayan tomado contacto con carne cruda y/o sus jugos.
● Separar las carnes crudas y/o sus jugos de los alimentos listos para consumir, principalmente durante la compra, el almacenamiento y la preparación de los mismos.
● Consumir leche, derivados lácteos y jugos que estén pasteurizados.
● Conservar alimentos frescos y cocidos en la heladera.
● Evitar la ingesta de medicamentos sin indicación médica e infusiones caseras.